Te traemos la excusa perfecta para celebrar San Valentín (y prometemos que lo haremos sin necesidad de usar ni un solo corazón). Bien sabes que a nosotras nos gusta celebrarlo todo bonito y lleno de detalles, y el día de los enamorados no podía ser menos. Para la ocasión hemos preparado un sencillo brunch que, estarás con nosotras, tiene una pinta irresistible y que, casi seguro haría las delicias de los tortolitos más sibaritas.
Probablemente ya estés familiarizad@ con el término brunch pero por si te suena a chino te lo aclaramos: un brunch es un desayuno-almuerzo que se hace sobre las 12 del mediodía y que se suele asociar a los fines de semana, especialmente a esos domingos en los que nos olvidamos de madrugar. Hoy nos unimos a esta tendencia importada de Inglaterra (breakfast-lunch), y cada vez más en auge en España. Si te quedas a ver todo el reportaje, al final te dejamos la lista de la compra para que tú también te puedas montar tu propio brunch de San Valentín o del día que te apetezca, porque nosotras somos de la opinión de que el amor hay que celebrarlo a diario ¿estás con nosotras?
La inspiración para esta sesión la hemos encontrado en nuestro propio pueblo, en el interior de sus casas tradicionales, cargadas de recuerdos de otra época y con un marcado estilo rural, no por ello menos romántico.
Terminamos este post cumpliendo nuestra promesa y te dejamos la lista de la compra para preparar este brunch: fruta variada, cereales con frutas del bosque, roscas caseras de pueblo, galletitas de chocolate y mini palmeras, tomates cherry, nueces y uvas pasas, pan con cereales y tostas, café y, para refrescar, zumos naturales de naranja, limón y frutos del bosque (y lo mejor es que todo esto tan solo te costará unos 15 euros).
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